
Relaciones UE-China: nuevo enfoque de relaciones bilaterales con el gigante asiático
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, antes de realizar una visita institucional a China junto al presidente francés Emmanuel Macron, abogó por un nuevo enfoque de la UE ante el país asiático, centrado en reducir los riesgos económicos a través de la diplomacia. En concreto, consideró que la política de la UE debe basarse en cuatro pilares: (i) el aumento de la competitividad de la economía e industrias europeas, especialmente en materia de tecnologías limpias; (ii) un mejor uso de los instrumentos comerciales de la UE; (iii) el refuerzo de la cooperación con socios de todo el mundo; y (iv) el desarrollo de nuevas herramientas defensivas para sectores críticos, como la alta tecnología.
En esta línea, anunció que prevé presentar a finales de año, en el marco de una nueva Estrategia de Seguridad Económica, un conjunto de ideas relativas a la creación de un instrumento sobre las inversiones de la UE en el exterior. En el Pleno del Parlamento Europeo, además, volvió a explicar su visión, acompañada del Alto Representante de la UE en Política Exterior y Seguridad Común, Josep Borrell, quien incidió en que la política de la UE hacia el gigante asiático deberá tener en cuenta cuatro elementos clave: (i) el refuerzo de la seguridad económica de la UE y el reequilibrio de las relaciones comerciales, entre otros, a través del desarrollo de instrumentos de defensa comercial; (ii) la continuación del diálogo en materia de valores y derechos humanos; (iii) el mantenimiento del estatus quo en Taiwán y (iv) el papel de China en la promoción de la paz en Ucrania.
Los principales grupos parlamentarios coincidieron en la importancia de definir una estrategia clara y coherente, e incidieron en la necesidad de mantener la unidad por parte de los Veintisiete, tal y como señalaron los eurodiputados Iratxe García (S&D) y Gabriel Mato (PPE). En lo que respecta a las relaciones comerciales UE-China, Inmaculada Rodríguez-Piñero (S&D) consideró necesario el desarrollo de un mecanismo de control de inversiones extranjeras salientes de la UE. BusinessEurope, por su parte, subrayó que cualquier nuevo instrumento que pueda tener un impacto significativo en los flujos comerciales o de inversión entre la UE y China, en particular en las inversiones hacia el exterior, deberá evaluarse cuidadosamente y debatirse con las empresas